Inspirada en la vida doméstica de un pequeño pueblo en el sur de Portugal, esta obra nace del encuentro entre lo cotidiano y lo invisible. Estas esculturas virtuales que contienen, en sus curvas y pliegues, la resonancia íntima de una comunidad y su ritmo diario. A través de los sonidos, grabados de las campanas de la iglesia local y de los pájaros fueron analizados en espectrogramas 2D, mapeados sobre formas digitales 3D y animados como "masa", se obtienen distintos cortes con estructuras 3D tangibles.

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Posteriormente, las formas se usaron para hacer cuencos de pan de cerámica. El título hace referencia a las promessas o promesas, que durante un festival portugués anual toman la forma de panecillos lanzados desde la iglesia en la plaza del pueblo, como símbolo de promesas hechas para el año. Las presentaciones de esta obra han incluido una performance de elaboración de pan.

 

 

Creado durante residencias artísticas en Cultivamos Cultura y Buinho, en Portugal.